lunes, 29 de noviembre de 2010

Capitulo 5 "Feliz Cumpleaños"

Cuando llegue, perecía que nada había cambiado, seguía idéntico a como yo lo recordaba, era hermoso. Camine a orillas de aquel lago, hasta poder quedar bajo el gran árbol, nuestro viejo árbol. Me senté en sus enormes raíces y saque mi diario. Lo abrí y comencé a leer.


3 de octubre del 2001

-Feliz cumpleaños a ti, feliz cumple años a ti, feliz cumpleaños querida Amber, feliz cumpleaños a ti! – escuche cantar mientras yo intentaba abrir mis ojos. Cuando pude hacerlo, reconocí el rostro de mi mami, de Simone, Tom, y Bill
-sopla las velitas - dijo Tom con voz traviesa –porque después viene la mordida! - he hiso una sonrisa macabra. Sople las velitas y cuando Simone apenas terminaba de quitarlas del pequeño pastel que sostenía mama en su mano frente a mi cara
-MORDIDAAA! - grito Tom al momento que balanceaba el pastel hacia mi cara. Me tomo una foto y salió corriendo.
-Tomy! - grito Simone, mientras sonaba el portazo de mi cuarto. Todos en el cuarto empezaron a reírse. 
-alístate y baja rápido Am - dijo mama al salir de mi habitación junto con Simone.
-toma, límpiate con esto - dijo Bill extendiendo su mano para darme un pañuelo -lo siento, ya sabes cómo es Tom - dijo mientras contenía una risita.
-jajaja, si no te preocupes, debí haberlo imaginado, pero ya lo conocemos - le dije sonriendo y limpiándome el pastel que aun tenía en mi cara.
-ya nueve Am – dijo Bill con una sonrisita
-ya nueve - le conteste
-Muchas felicidades, espero que te la pases muy bien hoy Am, bueno alístate por que abajo te tenemos una sorpresa - me dijo, y luego se paró de la esquina de mi cama, se dio la vuelta y salió de mi cuarto.

Tome una ducha rápida, me puse un vestido que me había regalado una tía y baje para ver cuál era la sorpresa. Cuando me asome al patio…

-SORPRESA! - gritaron todos en coro

Ahí estaba unas amigas de mi mama, mis gemelos favoritos, unos compañeros de la escuela, y algunos más conocidos de mama. Había globos por todos lados, gorritos de colores, y una mesa llena de regalos. Me felicitaron y cada quien siguió en su mundo. Estuve un rato jugando con unos niños que ni siquiera conocía, luego partimos otro pastel, y Bill sujeto a Tom antes de la mordida y llego la tarde.

-oye Amber te tengo una sorpresa - me dijo Bill sonriendo
-amm y cuál es? - le pregunte buscando en sus manos
-aquí no está, pero ven, te la mostrare - dijo
-esta bien – sonreí
-pero antes cierra los ojos - me tomo de la mano para guiarme

 Caminamos por un buen rato mientras me hacia prometerle que no abriría los ojos hasta que el me lo dijera, luego de un buen rato de caminar

-estas lista? - me pregunto -amm eso creo - le respondí impaciente -de acuerdo, puedes abrirlos - dijo

Cuando abrí los ojos estaba alado de un árbol gigante, con un tronco demasiado grueso al igual que sus raíces, tenía un follaje verde y abundante. Sus ramas llegaban hasta lo alto y caían en forma de cascada. Me voltee para seguir admirando el lugar. Al frente había un lago con el agua cristalina, camine por el césped para llegar a él, y pude ver a la orilla del lago flores de todos los amaños y colores, era realmente bonito, cuando estuve lo suficientemente cerca de la orilla me estire para tocar el agua con la punta de mis dedos y pude ver pequeños peces de colores nadando por todos lados. Nunca había visto un paisaje así. Me gire hacia Bill, y corrí para abrasarlo.


-que lindo lugar, porque nunca me habías traído aquí - le pregunte, en verdad me sentía muy alegre.
-porque quería que fuera en un momento muy especial, y lo recordaras por siempre, ah! Es más por eso mismo te tengo otro regalo - camine hacia el gran árbol, tomo algo que estaba en sus raíces y lo puso detrás de su espalda. Camine hacia él y cuando estuvimos de frente
-toma, ábrelo, espero que te guste - y me dio una cajita envuelta en papel rosado
-está bien - dije abriendo la cajita. En esa cajita había un diario, era muy bonito,  la portada tenia para poner una foto, y en su contorno tenia tela rosa y encaje para decorarlo -oh! Gracias Bill en verdad es muy bonito, muchísimas gracias - lo abrase con todas mis fuerzas, no quería olvidar ese momento nunca
-de nada Am, sabes que te lo doy con mucho cariño - dijo regalándome una enorme sonrisa, nos sentamos en las raíces, a la orilla del lago, y ahí estuvimos platicando, hasta ver juntos caer el atardecer.

Aquel había sido el mejor día de mi vida. Es que el, tenía una forma única de ser. Pero sabía perfectamente que siempre seria como mi amor platónico, todo se quedaría solo en mis sueños. El me quería, estaba segura, pero al parecer siempre me había visto como si fuera su hermana pequeña, a veces peleábamos, nos enojábamos, pero si alguien me hacia algo, el siempre estaba ahí para defenderme, y también Tom, aunque él lo hacía más por diversión. Bill y yo solíamos ir siempre al lago juntos todos los viernes, compartíamos mucho tiempo, pero a pesar de esto yo siempre lo quise y no creo que eso pueda cambiar algún día. “Simplemente él es chico ideal para mí” pensé. 

Cerré mi diario, me levanté de nuestro viejo árbol, y empecé a caminar admirado aun ese paisaje donde a partir de aquel día, íbamos todos los fines de semana para ver juntos el atardecer, y correr a orillas del lago. Luego de un rato me dirigí a casa para cenar junto con mama y Shannon.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Capitulo 4 “De regreso”

Sinceramente hoy no tenía ganas de hacer nada, no tenia ánimos para nada. Simplemente, me ponía mal el hecho de pensar en el asunto que me estaba ocurriendo.

Ray siempre me ha tratado bien y no se merece nada malo y me nos de mi parte, porque estos 8 años, el solo se ha dedicado a hacerme feliz, consentirme, y tratarme como su vida. Pero por otro lado, seguir engañándolo o engañándome de que esto funcionara creo que no tiene sentido. Realmente al principio creí q esto funcionaria, porque él es muy lindo, sensible, y diferente a los otros chicos; pero no puedo seguir fingiéndome esto. Lo quiero pero no puedo seguir, para que forzar algo que no será? Si se perfectamente que nunca llegare a sentir por nadie lo que sentí alguna vez por aquel chico que supo robar totalmente mi corazón, mi primer amor.

Que se puede hacer si estas con alguien pero tu mente no deja de vagar en aquellos recuerdos que en un momento te hacen sentir totalmente vivo y en otro te funden en un abismo lleno de tristeza y desesperación.

-bien, por ahora no quiero precipitarme, tomare con más calma lo de Ray, no quiero tomar una decisión rápida y equivocarme. Además, que tal si aquel chico que yo tanto recuerdo ¿Ya no es el mismo? ¿Si cambio totalmente y será irreconocible para mí? además nadie me asegura que él seguirá ahí, esperándome, como yo lo hubiera hecho por el - pensé y di un gran suspiro.
-¡Hey! Ahí estas! Te he estado buscando por todas partes y nadie puede darme razón de ti! – dijo Laurent mientras se dirigía hacia mi fingiendo trotar.
-lo siento, solo quise tener un espacio, tu sabes, regreso a casa y ya te imaginaras, además no le dejo de dar vuelta a... Tú sabes... Lo que te conté. – dije bajando la mirada.
-ooh! Si! Pff la verdad creo que estaría igual o peor que tu – dijo con gesto comprensivo - pero que te parece si te distraes un poco creo que eso te ayudara mucho-
-ammm la verdad es que preferiría… - rápidamente me interrumpió haciendo un gesto, y estiro su mano hacia mí al mismo tiempo que me tiraba del brazo
–vamos! Yo sé lo que te digo, esta noche nos divertiremos! amm… Tómalo como la despedida de Inglaterra, prometo que te divertirás como nunca y será inolvidable! Tú confía en mí-
-y... ¿Me queda de otra?- le pregunte con gesto de resignación y al instante ella me respondió con una carcajada
-creo que no - le respondí con solo una sonrisa dibujada en mi rostro, pero dispuesta a olvidar todo por un rato. Me llevo de prisa hacia dentro sin soltar mi mano para asegurarse que no escabulliría por ahí “y bueno ahora solo esperare para disfrutar de la sorpresa” pensé.

Nos dirigimos hacia la habitación, nos dimos una ducha y nos comenzamos a alistar.

-¿Que te pondrás tu? - le pregunte a Laurent, porque yo no tenía ni la mínima idea de que ponerme, ni siquiera sabía a dónde me llevaría -tú solo ponte guapa e irreconocible, es mas por hoy déjamelo a mí ¿Si? – dijo con tono de entusiasmo, y una enorme sonrisa dibujada -amm está bien…- conteste realmente nerviosa, soltó una carcajada y emocionada se fue al closet
-a veeer… mmmm ¿Que te parece esto?- me pregunto al momento que sacaba de unos cajones unos vestidos que a simple vista eran muy llamativos -no lo sé, no creo que… - entonces me interrumpió y me dijo -tú solo pruébatelos! Hazme caso solo por hoy – extendió su brazo para darme los vestidos

Después de probarme algunos de los vestidos, Laurent se decidió por el último, que era bastante corto, descubierto de la espalda, era color negro, con finos detalles plateados. Cuando estuvimos listas, salimos y nos subimos a su coche. Se quedo apreciándose en el espejo del coche, luego encendió la radio.

-¿Que prefieres? – me pregunto Laurent buscando buena música – ¿Algo en especial?, debajo de tu asiento tengo unos CD's , encontraras de todo, te lo aseguro - me dijo
Me agache y efectivamente ahí había un estuche muy completo, lleno de CD´s. Eche un vistazo, hasta que encontré el CD de DY, mi cantante favorito desde que tenía los 8 años –toma-  le dije, al tiempo que extendía mi mano.
-oh!, buena elección para la ocasión Am!- dijo sonriendo mientras metía el Cd , y ondeaba su cuerpo.
Íbamos en la ciudad, con la música a todo volumen, Laurent iba bailoteando en su asiento, mientras yo iba cantando y fingía tocar la canción. Era sábado, había chicos por todas partes, típico en Inglaterra. Yo iba inspirada cantando cuando sentí el brusco freno de Laurent. Agache mi cabeza con la intención de ver a donde aviamos llegado pero no resulto porque enfrente había unas gordas tapando mi vista. Así que espere a que Laurent bajara primero.
-hey ¿No esperas que te baje verdad?- dijo Laurent para apresurarme.
Baje del coche, y al instante pude notar que estábamos en casa de las Caffrey, unas mellizas que estudiaban en el internado, mis vecinas de cuarto para ser más precisas, tenían una fiesta en grande, habían demasiadas personas en tan solo la cochera. La puerta de la casa estaba abierta y Laurent me jaló hacia el interior de la casa. Como me lo esperaba, habían chicos tratando de conquistar a las chicas, algunos bailando, otros tomando, conversando en las escaleras, otros se dedicaban a hacer maldades, de todo un poco. 
-Ven vamos a buscar algo de tomar- le dije a Laurent que al parecer ya le había echado el ojo a uno de los de el equipo de futbol americano.
-de acuerdo vamos - me contesto, y evidentemente se dio cuenta que descubrí sus intensiones.

Iba pasando las escaleras cuando vi a dos chicos, asiendo algo que me resulto incomodo ver. Pude reconocer a la… muchacha que estaba ahí, su melena era irreconocible Prue. En fin ya era algo típico de ella. Aunque no dejaba de ser incomodo porque tenía que pasar precisamente alado de ellos para ir por algunas bebidas, intente ser discreta y pasar rápido. Lo logre. Pero atrás de mi venia Laurent bailoteando, y le dio un pequeño golpe a Prue.
Se giro para echarle una mirada fulminante a Laurent, pero Laurent ni siquiera se molesto en regresarle la mirada.

Entonces, pude reconocer ese perfil estilizado, y el peinado tan peculiar que solo él podía tener…Ray. Realmente no sentí tristeza, ni que me destrozaba por dentro, pero si un gran coraje y rabia que tuve que contenerme para no perder la cordura. Solo di media vuelta, al parecer Sam ni siquiera se había percatado de mi presencia. Laurent se dio cuenta de lo que había visto y salió disparada a mí. No dejaba de mirarme con una cara de asombro y espanto.

-vámonos – fue lo único que le dije
-mira, por favor no dejes que esto te arruine la noche ¿Si? – me dijo ansiosa
-solo sácame de aquí ¿De acuerdo?- le dije llena de coraje
-hola mi amor no esperaba encontrarte aquí- escuche su voz, era Ray.

Solo me gire para encontrarme con su cara, y cuando lo hice, solo pude escuchar el golpe de mi mano contra su mejilla, más que una cachetada me pareció un empujón, al ver como se le iba el cuerpo hacia atrás.

Salí lo más rápido que pude y pude notar que iba dejando miradas deslumbradas por donde pasaba, la verdad no pude evitar sentir pena, pero mi orgullo y coraje era mayor. Me subí al coche y segundos después subió Laurent.
-por dios! Como hay gente sínica! - bufo
-aggh! Enserio que si pero ¿Sabes que?, si así lo quiso pues así será ¿Ok? Vámonos de aquí ya - dije dando punto final  a la situación.

Arranco el coche y empezó a conducirse al norte de la ciudad. Al parecer nos dirigíamos a una de los discos más grandes de Inglaterra. Los sábados solían hacer eventos donde veían chicos de otros lugares solo a pasar la noche. Detuvo el coche y efectivamente, ahí estábamos. Bajamos del coche y se detuvo para esperarme, ya que yo estaba del otro lado de este.

-por ahora solo olvídalo ¿Si? Diviértete nuestra última noche aquí- dijo poniendo sus manos en mis hombros.
-no te preocupes, eso te lo aseguro - le dije guiñando un ojo, soltamos una carcajada en coro, y después entramos, si que estaba lleno el lugar y podías encontrarte de todo.

Después de unas horas de estar ahí, me senté un rato mientras Laurent seguía bailando con un chico “francés” que había caído en sus redes.

-hola ¿Está ocupado? – me preguntó una voz desconocida al momento que señalaba la silla de junto.
-no - respondí cortantemente. Alcé la mirada para ver si así podía reconocer su rostro, pero me fue inútil porque no tenía ni la más mínima idea de quién era.
-mucho gusto, mi nombre es Matt, espero que no te moleste platicar un rato… - dijo moviendo las manos.
-no, está bien - le conteste
-¿Y cuál es tu nombre? - me preguntó algo interesado
- Amber, pero puedes decirme Am – dije indiferente
- está bien Am, ¿Y gustas algo de tomar? Te ves algo... Ajetreada - preguntó amablemente
-un refresco está bien - le respondí agradecida
-está bien - enseguida fue por dos, uno para mí y el otro para el luego siguió con el interrogatorio.
-¿Y eres de aquí o bienes de alguna ciudad de fuera? - me preguntó
-ammm llevo aquí ocho años, pero hoy es mi último día aquí, mañana me regreso a Alemania - le respondí con una sonrisa
-¿Enserio vas para allá? - me pregunto eufóricamente.  – yo vengo de allá! –
La plática se prolongo por más de 2 horas. Al final resulto ser divertido, pero algo encajoso a la vez. Paso la noche, nos despedimos y regrese con Laurent al internado.

A la mañana siguiente me despertó la alarma que Laurent siempre solía poner. Me levante de un salto al igual que lo hacía Laurent.

-tenemos que alistar todo - dijo entre un bostezo y estirándose
-eso creo, ya son las 2:48 p.m. – le dije para reafirmar lo que me estaba diciendo

Me fui a tomar una ducha, y cuando salí comencé a sacar lo que tenía en el armario, los cajones, gabinetes. Saque mi ropa, accesorios, pinturas, libros, y todo lo que tenia ahí, claro no podía faltar mi diario. Cuando termine volví a buscar en esos lugares para asegurarme de que no me hiciera  falta nada. Cuando me cercioré empaque algunas cosas, y otras las eche a mi maleta. Al parecer ya todo estaba listo para ir de regreso a Alemania.  Mientras Laurent terminaba de alistarse salí a andar por última vez en aquellos inmensos pasillos muy peculiares de esa escuela. Después de un rato regrese. Laurent ya estaba lista, así que nos dirigimos a un restaurant que estaba cerca. Solo nos tardamos como 40 minutos comiendo y luego, por fin, nos fuimos a la terminal. Compramos lo boletos, salían dentro de una hora.

-que corto se me hiso el día ya van a dar las 9:00 p.m. – dijo Laurent
-de hecho, lo único que quiero por ahora, es llegar ya - le dije muy entusiasmada

No podía dejar de pensar en que volvería al lugar donde hace 8 años deje tantas ilusiones, esperanzas, mi infancia, recuerdos, y lo más importante aquel chico del que no había podido saber nada durante 8 años y estaba ansiosa por volverlo a ver. La verdad también extrañaba mucho a mi mami, tenía muchas ganas de verla. Y por supuesto! A mi hermanito! Que desde que nació no había podido conocerlo, supe que cuando yo llegara, el ya tendría 3 años, se llama Shannon. Me emociona el hecho de saber que por fin lo conoceré, lo imagino tan lindo. Después de unas horas en el camión, llegamos. Fui de la primera en bajar, tome mis maletas y espere a que Laurent hiciera lo mismo.

-listo, por fin llegamos - dijo victoriosa
-lose ¿Oye tienes donde quedarte?- si me decía que no, pensaba ofrecerle por algún tiempo mi casa, siempre había tenido un cuarto extra para huéspedes, Laurent no molestaría a nadie.
-sí, no te preocupes, aquí vive mi media hermana, no tengo idea por donde está esta dirección pero tomare un taxi afuera de la central para que me lleve, lo único que sé es que está muy lejos del cetro de la ciudad-dijo Laurent
-oh! Está bien te acompañare a que tomes el taxi ¿Ok?-
-está bien vamos - no tardó mucho en llegar un carro y subió todas sus cosas a la parte trasera de este.
-llámame, mi numero… lo escribí en tu diario - me dijo despidiéndose con una sonrisa
-claro que si, en cuanto acomode mis cosas y me instale bien te llamo para que salgamos a algún lugar, ¿Está bien? - le devolví la sonrisa
-claro que sí! Espero tu llamada!- dijo en un grito
El taxi ya se había arrancado y entonces yo le llame a mi mami para avisarle que ya estaba de regreso
-¿Bueno?- contesto
-hola mama, ya estoy aquí, si no te avise fue porque quería darte la sorpresa, regrese a Alemania estoy en la central- le dije tan emocionada
-¿Enserio?! Que alegría me da Am!  No te muevas, enseguida voy por ti ¿Ok?-
-chao - me despedí

Llego mi mami, corrimos para encontrarnos y abrazarnos, fue muy lindo en verdad me hacía falta un abrazo así, me fue muy difícil tener que separarme de ella cuando tenía apenas 12 años. A esa edad tú mundo gira en torno a ella y fue algo duro. Pero hoy ya la tenía aquí entre mis brazos otra vez. Nos fuimos a casa, no paramos de platicar en todo el camino, me conto que había remodelado la casa, me platico todas las travesuras que había hecho Shannon, en conclusión, cada detalle de lo que había pasado desde el día en que tuve que partir.
Llegamos a la casa ya era muy tarde, pero lo primero que hice al entrar fue, que salí corriendo hacia arriba al cuarto de mi mami, y ahí estaba, Shannon. Estaba tan lindo, dormía como un angelito, estaba gordito, tenia cabello rubio, unos labios tan lindos con un color rosado en ellos, sus mejillas sonrojadas, y unas pestañas tan largas, era hermoso. No podía dejar de contemplarlo, pase un buen rato ahí acariciándole el rostro. El sueño ya me tumbaba así que baje por mis cosas, subí a mi habitación apenas me recosté y ya estaba dormida.

En la mañana, me desperté al escuchar el motor de un carro, intente volver a dormir pero me fue inútil, al parecer  estaban arreglando su motor, y el ruido retumbaba en mi cabeza. Entonces…

-oh por dios! Bill! – salí corriendo, me puse lo primero que encontré solo para cubrir mi bata y  de un salto quede en aquella ventana donde yo solía escribir mientras estaba aquí. Entonces, sentí un gran vacío, al ver a esos niños jugando en el césped de la casa de alado, mientras su madre los perseguía para intentar calmarlos, y su papa intentaba arrancar el coche, haciendo tanto ruido con el motor. Baje rápido al comedor buscando a mi mama, no tuve éxito así que me dirigí a la cocina. Ahí estaba dándole de comer al pequeño Shannon, tenia ojos grises azulados, quede deslumbrada cuando lo mire a la cara, era tan lindo… pero mi preocupación era mayor.
-mama ¿Que paso con Bill? … ¿Y todos, Simone, Tom?- pregunté desesperada
Miro hacia enfrente, estaba viendo el televisor. No comprendí nada. Y la mire con gesto de ignorancia.
-creo que anoche, no te conté eso, pasaron muchas cosas, mira - señalo con la cabeza al televisor.- ¿No es increíble?- preguntó. Mire al televisor como ella había dicho y o por dios!
-Mama ¿Qué hacen ellos hay?!!!-  pregunte totalmente confundida
-meces después de que tú te fuiste, empezaron a tocar en un bar de la ciudad, y por casualidades de la vida, ahí estaba en hijo del dueño de la disquera Universal Music, es joven y le gusto la música que los Kaulitz tocaban. Los papeleos, tramites, mini tocadas, presentaciones, les llevaron como un años después de esto para poder llegar, ahí – respondió mirando nuevamente al televisor.

Me quede boquiabierta y sin poder decir palabra. Regrese a mi habitación, tenía la mente en blanco, creo que estaba en shock. Realmente no podía creer lo que mis ojos acababan de ver. Me resultaba tan difícil saber que tal vez nunca más volvería a verlos. Pasaron los días, todo era tan rutinario, no era lo que yo me imaginaba al regresar a Alemania, lo único que hacía era estar en mi habitación, contarle a mama cosas que me habían sucedido en Inglaterra, jugar con el pequeño Shannon, acompañar a mama a sus mandados, en fin nada interesante.
Había días en los que me sentía tan desanimada, sabía que no lo volvería a ver. Cada que pensaba eso, era seguro que una lagrima se escurriría por mi mejilla. Era viernes, un día tan especial para mí

-exacto! Ya sé lo que lo haré hoy-  pensé

Me cambie tan rápido como pude y salí corriendo a aquel lugar.

martes, 23 de noviembre de 2010

Capitulo 3 "Durmiendo con la luna"

-y que harás hoy? – dijo con una voz picara

-terminar de hacer mis maletas – mientras trataba de cerrar una
-oie nena acerca del viaje, en donde me quedare yo? – dijo apretando un poco mi mano
-rentaras un departamento no? – arque una ceja
-bueno – dijo sonriendo y en ese momento su celular sonó –¿Si? ¿Bueno? Oh si señor Secada, en unos momentos estoy en el campo – dijo haciendo ademanes pero sin quitar su otra mano de la mía –discúlpame Am, Secada me quiere en el campo –
-no tengas cuidado – lo mire fijamente
-te veo en un rato – dijo acercándose a mi rostro y dándome un pequeño beso en los labios

Cualquier chica querría salir con Ray, era inteligente, romántico, muy bueno en los deportes, popular, caballeroso y en pocas palabras “un príncipe azul” pero no para mí, el único chico perfecto para mí no estaba cerca y no creo que pensara en mi como yo en el. Mire como se alejaba hasta que se perdió entre los edificios y volví a abrir el diario pero en la esquina de la hoja había una pequeña nota que decía: “La primera vez” al leer eso me quede anonadada, eran vagos los recuerdos que tenia con Bill así que me hundí totalmente en el diario.


17 de Junio de 2003

-jovencita Diesel – dijo la profesora Elisa mirándome fijamente a través de sus enormes lentes y con el plumón en la mano
-sí? – mi mirada se poso en mi cuaderno
-puede decirme uno de los grupos más importantes de lo que era antes la Nueva España? – me miro como si quisiera asesinarme
-Clero Secular – la mire desafiantemente
-bien señorita, bien – dijo volviendo al enorme pintaron

Mire hacia todos lados y volví a mirar mi cuaderno y continúe escribiendo aquella canción que zumbaba en mi cabeza. Un par de minutos mas y la clase termino, salí corriendo del salón porque ya se me hacia tarde, en la entrada de la escuela estaban los gemelos y mamá aun no llegaba así que fui a saludarlos.

-hola chicos – dije con una enorme sonrisa
-hola Am – contestaron los dos al unisonó

Fueron las únicas palabras que dijimos los 3, Bill solo me miraba en cambio Tom veía a las niñas mayores que iban vestidas de mini faldas, blusas que dejaban ver sus voluptuosos pechos y unos tacones enormes, típico de él. Unos segundos después llego mamá, salí corriendo de nuevo y nadamas me despedí de los Kaulitz con un gesto con la mano, me subí al auto y instantáneamente el auto se empezó a mover.

-como te fue? – dijo mamá sin dejar de ver al frente
-bien y a ti? –
-igual bien – dijo cortantemente
-mamá… ya hablaste con papá? – era algo difícil
-si – dijo con un tono triste y apretando el volante
-y que te dijo? – mire al retrovisor
-perdóname nena, trate de hacer – dijo con los ojos llorosos pero la interrumpí
-no te preocupes mamá, no es tu culpa – trate de sonreír pero era algo casi imposible

El camino a casa fue muy incomodo porque mamá no dejaba de llorar y yo no sabía que decirle y preferí quedarme callada, cuando llegamos a casa salí al patio y me tire en uno de los camastros mirando el reflejo del agua de la alberca en el suelo hasta que me quede dormida por el gran silencio que había, me levante y ya estaba por concluir el atardecer, salí corriendo a mi habitación y lo más rápido que pude me di una ducha, y como todos los martes Simone y sus hijos venían a cenar. Me aliste lo más rápido que pude y baje corriendo al comedor tomando una caja de pastillas que había en mi buro, ya en el comedor deje la caja de pastillas pero empezó a sonar el timbre y como mama estaba en la cocina tuve que abrir yo.

-hola Amber – dijo Simone con una enorme sonrisa y dándome un abrazo
-hola Simone – dije devolviéndole el gesto

Me pareció extraño porque siempre que venían a cenar venían sus dos hijos por ahora solo venia Bill, lo salude de la misma manera y fuimos hasta el comedor y mamá ya estaba ordenando la mesa, las dos se dieron un enorme abrazo… como si nunca se hubieran visto. Simone se sentó alado de mamá mientras que yo y Bill nos sentamos a un extremo de ellas. Simone y mamá nos sirvieron y mientras cenábamos no nos dirigíamos la palabra solo nos mirábamos constantemente y unas cuantas veces nuestras miradas se cruzaban y las mejillas de Bill se ruborizaban pero no entendía el porqué, me pare casi corriendo del comedor y fui directamente al baño de mi habitación, me tarde unos cuantos minutos y cuando salí, Bill estaba sentado en el sillón que estaba frente a la enorme ventana y miraba fijamente la luna.

-que haces aquí? – me acerque a él
-es que saliste corriendo y pues – hizo una pausa y miro de nuevo a la ventana
-y pues? – comenzaba a enojarme
-quería saber porque saliste corriendo – sus mejillas empezaban a colorearse -oh, solo vine al baño – segundos después me senté en una de las esquinas del sillón
-que bonita esta la luna verdad? – dijo acercándose un poco a mi
-sí, muy bonita – le dedique una sonrisa

Bill era algo raro a veces no me hablaba, me ignoraba, me trataba mal y viceversa. Para mí que es bipolar pero bueno, pude ver el reflejo de la luz de la luna en sus ojos y se veía perfecto con esa sonrisa deslumbrante hasta que sentí sus brazos recorrer mi espalda y un beso en la cabeza. Y en uno o que otro momento acariciaba mi cabello y cantaba pedacitos de canciones como si quisiera arrullarme, cuando oí que cantaba “Die unendlichkeit ist nicht mehr weit… die unendlichkeit ist jetze nicht mehre weit” su mano se entrelazo con la mía y al instante mis mejillas se ruborizaron pero no lo noto ya que estaba dándole la espalda y el estaba recostado en el sillón mientras yo solo estaba sentada, voltee lentamente y no quitaba su mirada de la luna mientras seguía cantando y de un instante ya me estaba mirando y solo sentí como sus brazos hicieron presión contra mi espalda haciendo que quedara recostada en su pecho y mirando fijamente a la ventana. Estuvimos un buen rato así hasta que su propósito de arrullarme tuvo éxito y mis ojos empezaban a cerrarse hasta que di el último suspiro y pude sentir como Bill me abrazaba fuertemente.

-duerme mi ángel – dijo con un tono dulce y volvía a acariciar mi cabello

Fue lo último que oí antes de quedarme profundamente dormida, me levante y estaba perfectamente acomodada en la cama y acobijada.

Solo sentí como una lagrima recorría mi mejilla, realmente lo extrañaba y no esperaba el día en que me fuera a Alemania pero había un problema… Ray, no puedo llegar y decirle –Ray lo siento estos 8 años me la eh pasado pensando en Bill – sería muy cruel de mi parte y que pensara? Que solo jugué con él? Y ahora que el se iría conmigo a Alemania, dios que voy a hacer? Bueno el tiempo lo dirá… 

domingo, 21 de noviembre de 2010

Capitulo 2 "Recuerdos"


Tome la foto que había en esa misma página, estábamos Bill y yo en aquel lago donde solíamos ir a jugar. Ya habían pasado 8 años que no lo veía y ahora por fin lo volveré a ver, en ese momento mire aquella enorme pulsera era de caucho negro y tenia colgando varias cadenas, muy al estilo "Bill". Tome mi enorme almohada y la apreté con todas mis fuerzas hasta que me volví a quedar dormida.

Unas cuantas horas después me levante y pude ver que Laurent estaba en la otra cama, fui al baño; me arregle un poco el cabello, tome las llaves del cuarto, agarre el diario y me dirigí hacia aquel enorme jardín. Me senté en una de las bancas que habían frente a uno de los tantos arboles, metí las llaves en mi chamarra, abrí el diario pero ahora en una de las páginas del intermedio y había un foto de cuando Bill tenía 14 y yo 10, estábamos en la sala de mi casa, Bill estaba muy sonriente y yo parecía un chango colgada de su brazo con los ojos bizcos.

5 Marzo del 2002

Los primeros rayos del sol tocaron mi cara haciendo que me levantara de mala gana ya que tendría que ir a la escuela, la detestaba, era de lo más aburrido a excepción de unas pocas clases. Me levante de la cama y me dirigí al baño, tome una ducha y momentos más tarde ya estaba en la cocina con mi mama desayunando cereal como de costumbre, cuando iba camino a la escuela mamá recibió una llamada que hizo que su semblante cambiara por completo y durante todo el camino no dijo ni una sola palabra hasta que me dejo en la entrada de la escuela y se despidió de mi sin quitar ese semblante que lo único que representaba era preocupación, miedo y tristeza a la vez.

En la escuela era como un bicho raro: estudiosa, responsable, honesta, etc. De los 20 niños de mi salón solo hablaba con 5 a lo mucho, era de las pocas niñas reservadas.

Para tomar el camino a mi salón siempre tenía que pasar por ese enorme pasillo de chicos mucho más grandes que yo y tal vez con suerte veía a Bill o a Tom, eran mis únicos amigos mayores y era así porque eran mis vecinos y con lo sociable que es mama el primer día fue a darles la bienvenida. Camine entre tantos chicos mucho más altos que yo pero no veía por ningún lado a esos gemelos, entre a mi ruidoso salón, Laurent corría por todos lados siguiendo a Pam con un palito de madera lleno de pegamento, Kike se metía los dedos en la nariz, la odiosa de Prue estaba rodeada de niños que no dejaban de ver su nueva mochila, Gary miraba a la maestra mientras se comía el borrador de su lápiz, Luna miraba a través de la ventana a todos los que pasaban mientras que los demás niños estaban congelados en sus asientos viendo fijamente al pizarrón. Me senté rápidamente y segundos después ya tenía a Laurent y Gary a un lado mío.

-tarde otra vez – dijo Laurent pegando su silla a la mía
-si bicho – especulo con una sonrisa
-mamá – fue lo único que pude decir
-siempre mamá – interrumpió Gary poniendo sus manos en su rostro y pegando los codos a la mesa
-si... estaba algo rara – un gesto extraño invadió mi rostro
-claro Am – dijo Laurent mirando hacia el pizarrón

Así pasaron las clases, mamá me esperaba en la entrada de la escuela y seguía sin decirme una palabra, llegamos a casa y fui directamente a mi cuarto a tirarme a la cama y me quede dormida, unos cuantos minutos después Nani empezó a llamarme para almorzar, en la mesa estaba mamá con la misma cara de preocupación.

-porque esa cara mamá? - dije sentando a un lado de ella
-hay hijita - dijo dando un suspiro y acariciando mi cabello
-¿Que pasa mamá? – volví a preguntar mirándola fijamente
-nada Amber, nada – dijo quitando sus manos de mi cabeza y cruzando los brazos
-claro... y ¿Cómo te fue hoy? – mientras jugaba con uno de los mechones que habían en mi cara
-nada en especial y ¿A ti como te fue? – dijo dedicándome una enorme sonrisa
-bien... – y le devolví aquel gesto

Así paso todo el almuerzo, mamá solo esquivaba mis preguntas sobre su estado de ánimo pero pude notar que cada vez que le preguntaba sus ojos se ponían llorosos y su respiración se entrecortaba. Entre a mi cuarto y me senté alado de aquella enorme ventana que quedaba justo frente a la casa de los Kaulitz, me quede un buen rato mirando hacia su casa pero no había ningún cambio y sin más me tire en la cama y al instante me quede dormida.

Una ola de recuerdos paso por mi mente en ese momento, a veces me resultaba agradable estar en el internado ya que habían muchos espacios abiertos y podía despejarme eh incluso varias veces no iba a clases por estar en esos lugares. En ese momento alguien poso su mano en mi hombro provocando que diera un pequeño salto, voltee y era Ray, un chico alto, tez blanca, ojos café obscuro, rostro casi perfecto a excepción de su nariz.

-¿Que haces aquí? y tan sola? – dijo recorriendo mi espalda y sentándose a mi lado
-lo de siempre... recordar – con la mirada fija en el cielo
-¿Que es eso? – señalo el diario
-mi diario – dije sin quitar la mirada del cielo
-¿Diario? – hizo un gesto extraño
-si... – baje un poco la mirada
-y porque nunca lo había visto? – dijo haciendo gestos raros
-porque era de cuando vivía en Alemania – y de nuevo mi mirada se perdió en el cielo
-oh... – fue lo único que dijo y puso su mano sobre la mía, pero aun así no deje de mirar al cielo



Porfa comentenD: es que si no luego me desanimo y no subire T.T

viernes, 19 de noviembre de 2010

Capitulo 1 "Alemania, Leipzig"


Estaba como siempre sentada en aquel pupitre esperando a que aquella campana sonara de nuevo, miraba como las gotas de la lluvia recorrían la ventana, a mi lado estaba Laurent hablando con Kike mientras que la profesora Amanda no dejaba de escribir en aquel enorme pizarrón. Unos minutos más tarde sonó la campana, todos recogieron sus cosas rápidamente y salieron como si hubiera una estampida de elefantes mientras que yo me tome mi tiempo para moverme junto con Laurent, salimos del salón y nos dirigíamos a nuestras habitaciones, al entrar lo primero que hice fue tirarme a la cama y instantáneamente me quede dormida al igual que Laurent. Sentí como alguien me movía delicadamente hasta que logre abrir los ojos.

-¿Que pasa? – pregunte dando un enorme bostezo y dándome la vuelta
-voy a salir, no tardo – dijo desde la puerta
-claro – volví a dar vueltas en la cama hasta que oí el portazo

Intente volver a dormir pero mi esfuerzo era más que inútil, me pare de la cama rápidamente y me dirigí a aquel armario, abrí el ultimo cajón para sacar mi maleta, seguido de eso abrí el primer cajón y minutos después ya tenía la gran parte de mi ropa dentro de mi maleta hasta que por ultimo vi el diario de portada maltratada. Lo tome y deje de guardar la ropa y comencé a leer la última página en la que había escrito...

3 de Diciembre del 2003

Hoy es un día totalmente frío y tenia contadas las horas para el momento en que volvería a ver a Bill, aunque era 4 años mayor que yo era alguien especial para mi... o bueno, eso quería pensar. El no estaba en la mayoría de los momentos especiales o más bien nunca estaba, solo en las veces que eh estado al borde de la depresión. Esta sería mi última tarde con el ya que al día siguiente tenía que viajar a Inglaterra para iniciar mi nueva vida en esos detestables internados.

Estaba en pijama pero aun así no pude evitar bajar a espiar si ya estaba Simone en la cocina, me asome lentamente por las escaleras pero la puerta de la cocina estaba cerrada y regrese casi corriendo a mi habitación para cambiarme, minutos después ya estaba otra vez espiando en las escaleras pero esta vez tome fuerzas para entrar a la cocina y hay estaba mi mamá y Simone. Les di los buenos días a ambas y me dirigí hacia el patio trasero, me recosté boca arriba sobre el pasto, cerré los ojos dejando que los cálidos rayos del sol recorrieran mi rostro hasta que pude sentir que alguien se había puesto delante de mí evitando que pasaran. Abrí los ojos lentamente, mi vista era algo borrosa debido a tanta luz, pude notar como aquella persona se me acercaba lentamente pero gracias a mi estúpida vista no podía ver bien quien era hasta que lo tuve suficientemente cerca y me pude percatar de aquellos ojos color miel, rodeados por un delineado perfecto que hacía que esa mirada se volviera más profunda.

-te extrañare – dijo quitando algunos mechones de mi cara
-yo también – lo mire fijamente
-pero este no será el adiós verdad? – dijo con un poco triste y sin quitar sus manos de mi rostro
-claro que no Billy – sus manos eran tan suaves y su mirada tan profunda
-toma - dijo sacando una enorme pulsera de su chaqueta
-pero es tuya – no la había tomado
-no importa – volvió a acercarla
-p...pero Bill – me aleje un poco más
-yo ya tengo muchas – tomo mis manos y volvió a poner la pulsera dentro de ellas
-gracias, te prometo que nunca me la quitare – dije con una gran sonrisa y quitándome una de mis pulseras menos llamativas –para ti - le dije sonriendo
-no, es tuya – la devolvió
-no importa – dije aun con la sonrisa
-pero es tuya – la devolvió de nuevo
-yo ya tengo muchas – imite el tono de Bill y solté una sonrisa entre dientes
-gracias Amber - dijo poniéndose la pulsera
-vamos a hacer algo ¿va? – dijo tomando de nuevo mi mano
-¿Que cosa? – pregunte con un gesto confuso
-no nos quitaremos las pulseras hasta que... – hizo una pausa y sus mejillas se pusieron rojas como si estuvieran ardiendo
-¿Que cosa? – pregunte con el mismo tono
-hasta que nos volvamos a ver – dijo sonriendo
-claro – y una sonrisa se dibujo en mi cara

Es cortito! pero espero y les guste:D y si si, porfa comenten! 

jueves, 18 de noviembre de 2010

Prologo

Me levante de aquella cama fría mire hacia todos lados, al hacer aquel esfuerzo sentí punzadas en la cabeza pero no lograba reconocer aquel lugar, era un cuarto totalmente blanco y frio, ¿en dónde estoy? ¿Qué hago aquí? Eran las preguntas que rebotaban en mi cabeza como si fueran pelotas en mi cabeza hasta que oí como la puerta se abría, era un hombre alto, de tez blanca, muy guapo y cargaba una bata blanca. Me miro por unos segundos y comenzó a escribir en su tabla de apoyo.

-Señorita Diesel – dijo con un tono de voz serio y mirándome, segundos después se volvió a hundir en su tabla, yo solo asentí con la cabeza
-mañana temprano te podrás ir – dijo dedicándome una enorme sonrisa
-gracias – fue lo único que pude decir
-toma esta receta, tienes que seguirla al pie de la letra y te han dejado esto – dijo sacando de su bata un sobre en blanco
-muchas gracias doctor – le dije devolviéndole la sonrisa y tomando el sobre

El doctor salió de la habitación y en ese mismo instante abrí rápidamente aquel sobre en blanco


Amber:

Si me odias lo entenderé, estas en todo tu derecho. Me eh comportado como un verdadero idiota, ni yo mismo soy capaz de creer la atrocidad que te hice y me siento mal conmigo mismo porque te prometí que te cuidaría siempre y no lo eh hecho. Sabes? Todas las noches regreso a aquella habitación a la misma hora pensando que entraras por la puerta con tu enorme sonrisa, con los brazos abiertos y poder darte un beso en el cual nuestros labios se fundan y nos conviertan en uno solo. Prefiero que me des miles de golpes a que me odies, jamás podre perdonarme lo que te hice, por mi culpa estas como estas y solo quiero que me hagas un último favor… perdóname y no me olvides nunca. Tengo la esperanza de que un día vuelva a estar entre tus brazos.

Bill


En ese momento lo único que paso por mi mente fue aquel momento en que lo vi por primera vez y algunas lágrimas recorrieron mis mejillas.