martes, 23 de noviembre de 2010

Capitulo 3 "Durmiendo con la luna"

-y que harás hoy? – dijo con una voz picara

-terminar de hacer mis maletas – mientras trataba de cerrar una
-oie nena acerca del viaje, en donde me quedare yo? – dijo apretando un poco mi mano
-rentaras un departamento no? – arque una ceja
-bueno – dijo sonriendo y en ese momento su celular sonó –¿Si? ¿Bueno? Oh si señor Secada, en unos momentos estoy en el campo – dijo haciendo ademanes pero sin quitar su otra mano de la mía –discúlpame Am, Secada me quiere en el campo –
-no tengas cuidado – lo mire fijamente
-te veo en un rato – dijo acercándose a mi rostro y dándome un pequeño beso en los labios

Cualquier chica querría salir con Ray, era inteligente, romántico, muy bueno en los deportes, popular, caballeroso y en pocas palabras “un príncipe azul” pero no para mí, el único chico perfecto para mí no estaba cerca y no creo que pensara en mi como yo en el. Mire como se alejaba hasta que se perdió entre los edificios y volví a abrir el diario pero en la esquina de la hoja había una pequeña nota que decía: “La primera vez” al leer eso me quede anonadada, eran vagos los recuerdos que tenia con Bill así que me hundí totalmente en el diario.


17 de Junio de 2003

-jovencita Diesel – dijo la profesora Elisa mirándome fijamente a través de sus enormes lentes y con el plumón en la mano
-sí? – mi mirada se poso en mi cuaderno
-puede decirme uno de los grupos más importantes de lo que era antes la Nueva España? – me miro como si quisiera asesinarme
-Clero Secular – la mire desafiantemente
-bien señorita, bien – dijo volviendo al enorme pintaron

Mire hacia todos lados y volví a mirar mi cuaderno y continúe escribiendo aquella canción que zumbaba en mi cabeza. Un par de minutos mas y la clase termino, salí corriendo del salón porque ya se me hacia tarde, en la entrada de la escuela estaban los gemelos y mamá aun no llegaba así que fui a saludarlos.

-hola chicos – dije con una enorme sonrisa
-hola Am – contestaron los dos al unisonó

Fueron las únicas palabras que dijimos los 3, Bill solo me miraba en cambio Tom veía a las niñas mayores que iban vestidas de mini faldas, blusas que dejaban ver sus voluptuosos pechos y unos tacones enormes, típico de él. Unos segundos después llego mamá, salí corriendo de nuevo y nadamas me despedí de los Kaulitz con un gesto con la mano, me subí al auto y instantáneamente el auto se empezó a mover.

-como te fue? – dijo mamá sin dejar de ver al frente
-bien y a ti? –
-igual bien – dijo cortantemente
-mamá… ya hablaste con papá? – era algo difícil
-si – dijo con un tono triste y apretando el volante
-y que te dijo? – mire al retrovisor
-perdóname nena, trate de hacer – dijo con los ojos llorosos pero la interrumpí
-no te preocupes mamá, no es tu culpa – trate de sonreír pero era algo casi imposible

El camino a casa fue muy incomodo porque mamá no dejaba de llorar y yo no sabía que decirle y preferí quedarme callada, cuando llegamos a casa salí al patio y me tire en uno de los camastros mirando el reflejo del agua de la alberca en el suelo hasta que me quede dormida por el gran silencio que había, me levante y ya estaba por concluir el atardecer, salí corriendo a mi habitación y lo más rápido que pude me di una ducha, y como todos los martes Simone y sus hijos venían a cenar. Me aliste lo más rápido que pude y baje corriendo al comedor tomando una caja de pastillas que había en mi buro, ya en el comedor deje la caja de pastillas pero empezó a sonar el timbre y como mama estaba en la cocina tuve que abrir yo.

-hola Amber – dijo Simone con una enorme sonrisa y dándome un abrazo
-hola Simone – dije devolviéndole el gesto

Me pareció extraño porque siempre que venían a cenar venían sus dos hijos por ahora solo venia Bill, lo salude de la misma manera y fuimos hasta el comedor y mamá ya estaba ordenando la mesa, las dos se dieron un enorme abrazo… como si nunca se hubieran visto. Simone se sentó alado de mamá mientras que yo y Bill nos sentamos a un extremo de ellas. Simone y mamá nos sirvieron y mientras cenábamos no nos dirigíamos la palabra solo nos mirábamos constantemente y unas cuantas veces nuestras miradas se cruzaban y las mejillas de Bill se ruborizaban pero no entendía el porqué, me pare casi corriendo del comedor y fui directamente al baño de mi habitación, me tarde unos cuantos minutos y cuando salí, Bill estaba sentado en el sillón que estaba frente a la enorme ventana y miraba fijamente la luna.

-que haces aquí? – me acerque a él
-es que saliste corriendo y pues – hizo una pausa y miro de nuevo a la ventana
-y pues? – comenzaba a enojarme
-quería saber porque saliste corriendo – sus mejillas empezaban a colorearse -oh, solo vine al baño – segundos después me senté en una de las esquinas del sillón
-que bonita esta la luna verdad? – dijo acercándose un poco a mi
-sí, muy bonita – le dedique una sonrisa

Bill era algo raro a veces no me hablaba, me ignoraba, me trataba mal y viceversa. Para mí que es bipolar pero bueno, pude ver el reflejo de la luz de la luna en sus ojos y se veía perfecto con esa sonrisa deslumbrante hasta que sentí sus brazos recorrer mi espalda y un beso en la cabeza. Y en uno o que otro momento acariciaba mi cabello y cantaba pedacitos de canciones como si quisiera arrullarme, cuando oí que cantaba “Die unendlichkeit ist nicht mehr weit… die unendlichkeit ist jetze nicht mehre weit” su mano se entrelazo con la mía y al instante mis mejillas se ruborizaron pero no lo noto ya que estaba dándole la espalda y el estaba recostado en el sillón mientras yo solo estaba sentada, voltee lentamente y no quitaba su mirada de la luna mientras seguía cantando y de un instante ya me estaba mirando y solo sentí como sus brazos hicieron presión contra mi espalda haciendo que quedara recostada en su pecho y mirando fijamente a la ventana. Estuvimos un buen rato así hasta que su propósito de arrullarme tuvo éxito y mis ojos empezaban a cerrarse hasta que di el último suspiro y pude sentir como Bill me abrazaba fuertemente.

-duerme mi ángel – dijo con un tono dulce y volvía a acariciar mi cabello

Fue lo último que oí antes de quedarme profundamente dormida, me levante y estaba perfectamente acomodada en la cama y acobijada.

Solo sentí como una lagrima recorría mi mejilla, realmente lo extrañaba y no esperaba el día en que me fuera a Alemania pero había un problema… Ray, no puedo llegar y decirle –Ray lo siento estos 8 años me la eh pasado pensando en Bill – sería muy cruel de mi parte y que pensara? Que solo jugué con él? Y ahora que el se iría conmigo a Alemania, dios que voy a hacer? Bueno el tiempo lo dirá… 

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